Aberraciones y Distorsiones de Lente

Si has leído artículos anteriores como el de la distancia focal, sabrás que hay multitud de factores que afectan a nuestras fotografías. Por lo que tendremos que tenerlos todos en cuenta la hora de realizarlas, puesto que solo uno de ellos puede dar al traste con los resultados que buscamos. 

Pero aunque llegue el momento en el que seamos unos ases de la técnica, y modificar las variables que hemos aprendido nos resulte pan comido, existen aspectos que no siempre podemos controlar y que, por tanto, se escapan a nuestra capacidad como fotógrafos. A continuación, veremos dos de los más comunes: las distorsiones de lente y las aberraciones. 

Distorsiones de lente 

Aunque la nomenclatura nos pudiera parecer compleja, y en efecto los mecanismos que la producen así lo son, las distorsiones de lente son unas compañeras muy fáciles de entender. 

Y digo compañeras porque tendremos que aprender a vivir con ellas, puesto que estarán presente en muchas de nuestras fotografías. 

Pero, ¿Qué son exactamente? 

Habíamos visto ya que el usar un angular o un teleobjetivo provoca diferentes deformaciones, que un rostro, por ejemplo, parecería diferente. Pero en función de la calidad de esa lente y de su construcción, podremos tener también distorsiones de lente, como la distorsión de barril. 

deformaciones lentes

Un ejemplo muy gráfico es el de la típica imagen de una pared de ladrillos, donde las líneas rectas pasan a curvarse y cuyos bordes (que es la zona donde más se acusa este efecto, mientras que en el centro no suele producirse) adquieren un aspecto muy característico al que llamamos “de barril”.

En las distancias focales más extremas es donde más presencia tienen las distorsiones de lente. Así, cuando usamos un objetivo angular, las distorsiones aparecerán prácticamente siempre. 

Por lo que es algo que debemos tener en cuenta a la hora de realizar fotografía de paisaje, de interiores o arquitectónica; es en estas modalidades donde más se suelen usar distancias focales pequeñas (16 mm, 14 mm, e incluso menores) y unas distorsiones mal gestionadas pueden echar a perder el resultado de la fotografía.

Llegados a este punto, la pregunta que nos viene a la cabeza es obvia: 

¿Cómo evitamos las distorsiones? 

Pues de un modo muy sencillo: eligiendo una distancia focal “adecuada” para el tipo de fotografía que queramos llevar a cabo o empleando algún software de edición de los muchos que tenemos a nuestro alcance.

En relación con lo segundo, y en el caso de que no hayamos podido evitar la presencia de las distorsiones desde la propia cámara. Ya sea porque necesitábamos usar sí o sí un gran angular o porque la calidad del objetivo no era la mejor del mundo, siempre podemos usar el as de la manga que es el software de edición (se consigue en unos pocos clics con Lightroom o Photoshop).

Hablando de edición, si quieres aprender a retocar tus fotos en Lightroom o Photoshop te invito a mi curso de retoque fotográfico, donde te enseño comparto todo mi conocimiento en el manejo de estas herramientas.

Distorsiones de perspectiva

No debemos confundirlas con las distorsiones de lente, ya que están estrechamente relacionadas con la posición que tengamos respecto a lo que queramos fotografiar y no tanto con la calidad del objetivo o con su distancia focal. 

Por ejemplo, si apuntamos con nuestra cámara mirando un poco hacia arriba, nos damos cuenta de que, según ascienden las líneas hacia el cielo se van acercando y dejan de estar paralelas. 

distorcion de perspectiva ejemplo

Para corregirlas, el procedimiento es diferente que el que empleamos con las de lente, e incluso existen objetivos fabricados exclusivamente para este fin, los llamados descentrables. 

Por lo que, si bien no son lentes muy habituales de encontrar, nunca está de más que sepamos distinguirlas, especialmente si quieres dedicarte a la fotografía de arquitectura. Pero también podemos corregirlas sin mucho problema con el retoque fotográfico.

Aberraciones

Que no cunda el pánico, que son más sencillas de lo que su nombre aparenta y no tienen tantas opciones de modificación por nuestra parte como las distorsiones. De modo que la resignación será, a menudo, nuestra mejor arma contra ellas. 

Técnicamente, y según recoge la RAE, son: 

Imperfecciones que presentan algunas imágenes producidas por sistemas ópticos, que no permiten hacer coincidir las representaciones de un mismo objeto producidas por los diferentes colores de la luz. 

Básicamente son errores de óptica, que se dan principalmente en objetivos de mala calidad.

Donde mejor identificaremos las aberraciones cromáticas es en los bordes de los objetos o sujetos que fotografiemos

Y su aparición está muy condicionada a los cambios acusados de luces y sombras. Dicho de otro modo, al contraste que haya entre los bordes donde aparezcan y el resto de objetos de la fotografía. 

aberraciones

Las aberraciones cromáticas son el resultado de la separación de los diferentes colores que componen los rayos de luz cuando atraviesan unos cristales de baja calidad. De modo que, como ya decía, no dependen de nosotros, sino del objetivo que usemos.

Están presentes en prácticamente la totalidad de los objetivos del mercado. Sin embargo, en los de una gama más alta aparecen menos gracias a la calidad de los materiales empleados a la hora de fabricar los muchos cristales que encierran nuestras lentes. Pero son muy pocos los objetivos capaces de presumir de no contar con las temidas aberraciones, por muy elevado que sea su precio.

En contraposición a esto, por supuesto, tenemos los objetivos más económicos de cada fabricante, que son quienes más sufren este efecto. Por lo que no es de extrañar ver esos halos rojizos y verdosos cuando empleamos materiales fotográficos de gamas baja o media.

Cuida tu objetivo para evitar aberraciones 

cuida tu objetivo

Los cristales de los objetivos vienen recubiertos de una película protectora. ¿Te has fijado que los cristales de las lentes tienen brillos multicolor? Pues es para proteger de este tipo de aberraciones. Si limpias tus objetivos con una camiseta o si los tocas con los dedos, estarás dañando esta película y favoreciendo la aparición de aberraciones. Para limpiar los objetivos es recomendable que utilices paños de microfibra.

Kike Arnaiz