KIKE ARNAIZ

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Modos de medición y automatismos

Ya hemos visto que la cámara lleva un fotómetro que mide la luz y nos dice cómo debería ser la exposición correcta para un gris medio. Ahora bien, podemos dejar que la cámara mida la luz en toda la escena, o si queremos ser precisos, pedirle que mida la luz en una única zona, esto es un ajuste que puedes variar en tu cámara y se hace con los modos de medición.

Modos de medición de la luz

Los nombres de los modos dependen de los fabricantes, aunque por lo general se asemejan.

Medición puntual: Tiene en cuenta únicamente una pequeña zona de la imagen, normalmente el centro o el punto de enfoque seleccionado.

Medición parcial: Igual que la medición puntual, pero con un círculo mayor.

Medición ponderada al centro: La mayor parte del peso de la exposición se mide del centro de la imagen, pero se tiene en cuenta también de menor modo la intensidad de la luz del resto del encuadre.

Medición evaluativa o matricial: Hace una media de todo el encuadre para realizar la exposición.

Elegir uno u otro dependerá de si queremos que las mediciones se hagan más rápido y de forma genérica, o si queremos ser más precisos. La medición evaluativa es la más común porque redondea toda la imagen, pero si queremos tener un control total de la exposición y que la cámara mida un objeto en concreto, podemos usar la puntual. Conviene que conozcamos las diferencias y practiquemos para así ver cuál nos conviene más en cada situación.

Modos semiautomáticos

Una vez que ya sabes manejar tu cámara en modo manual, y no antes, entonces ya puedes empezar a utilizar automatismos. Los modos semiautomáticos configuran partes de la exposición por ti, para ayudarte a ganar velocidad, puedes aprovechar a usarlos en algunos momentos que son realmente útiles.

AV o prioridad a la Apertura 

Tú eliges qué apertura quieres y la cámara escoge la obturación. Puede ser útil en momentos donde haya mucha luz (para que no ponga velocidades muy lentas) y tengamos claro que queremos utilizar un diafragma en concreto. Si la escena varía mucho de luz, es recomendable que no dejes la ISO al mínimo para que no ponga velocidades demasiado bajas. Imagina que estás haciendo fotos con un trípode a un atardecer, y te da igual qué velocidad poner, simplemente sabes que quieres usar f8… puedes dejarlo en AV y que la cámara elija por ti.

Tv o prioridad al tiempo de obturación 

Lo contrario al modo anterior, tú eliges la velocidad y la cámara elige la apertura. Si no te importa la profundidad de campo que vaya a haber en la foto y quieres medir la luz rápido, puedes escoger una velocidad y esperar que la cámara ajuste la luz. Esto puede ser útil en por ejemplo, fotografía de naturaleza. Cuando vayas a captar aves o animales que se muevan muy rápido, puedes poner la velocidad muy rápida (por ejemplo, 1/2000s) y dejar que la cámara ajuste la apertura según la luz.

Modo P o programa flexible

Este es el más automático de todos, porque elige tanto obturación como apertura, pero te da la flexibilidad para poder seguir eligiendo cosas en modo manual (balance de blancos, enfoque…). Y si un ajuste que te ha hecho no te

convence, te deja variarlo manualmente.

Modo ISO AUTO

Este suele escogerse directamente en la pestaña donde podemos variar la ISO. Si elegimos “Auto”, el fotómetro elegirá la ISO que más convenga para exponer. Este modo también puede combinarse con uno de los anteriores. Por ejemplo, si usas el Av + ISO AUTO, la cámara hace todo automático excepto la apertura.

Recuerda que los fotómetros incorporados en las cámaras exponen todo como si fuera un gris medio, por lo que los modos automáticos van a exponer todo imaginando que es un gris. Por eso, algunas cámaras tienen un modo de ‘‘compensación de exposición’’, donde podemos decirle al fotómetro que queremos que exponga uno o dos pasos sobreexpuestos o subexpuestos.

Imagina que eliges un modo automático y estás fotografiando escenas que son siempre muy oscuras. Puedes ir a compensar exposición, y decir que fotografíe todo un paso sobreexpuesto.

Algunas cámaras también traen modos automáticos tipo “Paisaje, Retrato…’’etc. Estos son modos que también cambiar los perfiles de color, y hacen automatismos de acuerdo a cada situación (por ejemplo, en los paisajes cierra más los diafragmas, etc). 

En función de tu  puedes usar estos modos, pero creo que conociendo la medición manual y los semiautomáticos, es mejor siempre que tengas tú el control total de la cámara.

Botones AE-L y AF-L

Habrás observado que tu cámara tiene un montón de botones con nomenclaturas extrañas cuyo uso desconoces totalmente, ¿verdad?,

Esto sucede porque, desde los modelos más básicos a los más avanzados del mercado, las funciones que tu cámara te ofrece son muchísimas

De modo que para sacarle el máximo provecho y hacer cualquier tipo de fotografía que desees, deberás aprender a usarla como si fuera una extensión de tu propio cuerpo

En este sentido, te recomiendo encarecidamente que le eches un vistazo al manual de instrucciones de tu cámara, puesto que en él vendrán explicadas las mil y una funciones que te permitirá. Pero es muy posible que, a pesar de que lo llegaras a aprender de memoria, haya ciertos aspectos que no te resultarán del todo claro. Y uno de los más problemáticos suele ser el del famoso botón “AE-L” y “AF-L”

Las siglas “AF-L” y “AE-L” hacen referencia a una función que bloquea el enfoque y la exposición, respectivamente. La “L” es de “Lock”, y los otros términos son AutoFoco y AutoExposición. Suele estar situado en la parte superior derecha, para que lo pulses con el pulgar de tu mano derecha. 

AE-L: Bloqueo de la exposición

Cuando estás usando un modo semiautomático, la exposición varía continuamente, porque la cámara ajusta la luz para adecuarla con el fotómetro.

Pero si quieres que deje de ajustarse sola porque te gusta cómo está en un punto, puedes presionar el botón AE-L.

Un ejemplo de esto es una escena donde hay mucho cambio de luz y contrastes, y tú quieres que la cámara exponga bien, sobre un gris medio.

Entonces puedes buscar una zona gris, como por ejemplo el suelo. Apuntas al suelo, la cámara mide la luz, tú bloqueas la exposición con el AE-L y reencuadras para tomar la imagen.

En algunas cámaras es necesario mantenerlo apretado todo el tiempo que lo necesites y, en otras, basta con que lo pulses una vez para activarlo y otra para desactivarlo. Pero independientemente de cómo trabaje tu cámara, su función es la misma: bloquear los valores que te ofrece tu cámara en un momento dado, aunque las condiciones lumínicas cambien. 

Veamos otro ejemplo

Imagina que quieres hacer un retrato en exterior con el cielo azul como fondo. Usando la medición ponderada o la puntual y alguno de los modos de disparo semiautomáticos, expones en el rostro de tu modelo para que salga correctamente expuesto. Pero a efectos de composición, tú no quieres que aparezca en el centro de la imagen, sino que prefieres desplazarlo a alguno de los lados. 

¿Qué pasa si mueves la cámara a la derecha o a la izquierda? 

Pues que la medición toma como referencia el cielo y cambia por completo los valores iniciales.

De modo que el procedimiento correcto para usar el “AE-L” y evitar que una mala exposición estropee tu fotografía será:

  1. Exponer en el rostro del modelo y, una vez la cámara te ofrezca una exposición correcta, pulsar el botón “AE-L”.

  2. Reencuadrar para obtener la composición deseada y disparar.

¿Has visto qué fácil? Disparando en manual, claro está, no tendrás este problema, puesto que tú tienes el control absoluto de los ajustes en cada momento.

Si quieres aprender a dominar tu cámara y a hacer mejores fotos, mi curso de iniciación a la fotografía seguro te interesa.

AF-L: Bloqueo del enfoque

Similar al botón anterior, pero en vez de retener la exposición, retiene el enfoque. Mientras mantienes este botón pulsado, la cámara cambia a enfoque manual, es decir, se desactiva el autofoco y se queda enfocando en el punto que dejaste al pulsar el botón.

Encontrarás multitud de ocasiones ideales para usar también el “AF-L”.

Por ejemplo: 

Si tienes puesto el autofoco, pero quieres disparar una ráfaga con el enfoque siempre en el mismo sitio, sin que la cámara esté continuamente enfocando, puedes mantener el AF-L.

Uno de los usos más extendidos de este botón es el de disociar el enfoque del disparo. ¿Disoci... qué? No temas, que es algo muy fácil de entender. 

Al hacer fotografías, lo más probable es que enfoques y dispares según aparece por defecto en tu cámara. Esto es: accionando el disparador hasta la mitad, enfocas, y pulsando del todo, realizas la fotografía.

Sin embargo, hay una segunda forma de hacerlo, la cual usan muchos fotógrafos, y es aquella en la que las acciones de enfocar y disparar están separadas cada una en un botón.

Esto se llama disociar el enfoque. Así, tras configurar el botón ‘‘AR-L’’ para tal fin (tendrás que buscar en los ajustes de tu cámara cómo configurar el botón de enfoque), para enfocar sólo tendrás que usar dicho botón y, para tomar la foto, el disparador.

Aunque pueda parecer algo contraproducente por el hecho de tener que pulsar dos botones en vez de uno a la hora de tomar cualquier fotografía, con la práctica notarás que ocurre precisamente lo contrario. Y es que, aunque te encontrarás situaciones en las que disparar del modo convencional pueda ser el ideal, en otras muchas, al enfocar con un botón y disparar con el otro hará que te resulte más sencillo sacar adelante tu trabajo. 

Ten en cuenta que una vez enfoques con el botón “AE-L”, prácticamente te puedes “olvidar” de él y centrarte en disparar cuantas veces sea necesario usando el botón disparador. Especialmente útil si necesitas disparar muchas fotos de forma rápida y no quieres que la cámara esté enfocando de forma continua. Con el dedo gordo enfocas y lo dejas pulsado para mantener ese enfoque, y con el índice disparas las veces que quieras.

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